miércoles, 12 de agosto de 2015

Crítica de Del Revés




Del Revés, la nueva genialidad de Pixar hace unas semanas que ya está en nuestras pantallas, dirigida por Pete Docter, un habitual de Pixar y que ya ha demostrado con creces lo que sabe y lo que es capaz de hacer y transmitir con una película de animación.

Es difícil hablar de Del Revés ya que con una simple historia nos revuelven nuestros sentimientos, o al menos a mi me pasó viéndola.


En cierta ocasión mi madre me recomendó un libro, Siddharta de Herman Hesse, y me dijo: "Este es un libro que todo padre con hijos debería leer, y que todo hijo adolescente también debería leer" así que lo hice y al acabarlo entendí el por qué mi madre había dicho eso y ciertamente tenía razón.

Con Del Revés me pasa algo parecido, creo que es una importante película que todo padre con hijos pequeños debería ver, que todo niño/a preadolescente o adolescente también debería ver, y ambos aprender de ella, comentarla y sobre todo intentar entenderla.


Después de este preámbulo, diré que es muy buena, estupenda, maravillosa, una de las mejores, si no la mejor, película de Pixar. Ni que decir que visualmente es fantástica, impecable, con situaciones en las que los padres nos sentiremos plenamente identificados, pero no es ahí donde radica su belleza.


La genialidad de esta película radica en cómo nos han sabido mostrar las diversas emociones de cada persona y como interactúan entre ellas. Pero no solo es eso. Nos muestran de manera muy gráfica cómo debe estar amueblado un cerebro infantil para estar equilibrado.  Nos enseña los valores sobre los que debe criarse un niño, la importancia que tienen estos para su estabilidad emocional.  
Familia, amistad, diversión, amor, honestidad... pilares básicos que a veces se vienen abajo por ciertas circunstancias y que si no somos capaces de reconstruirlos puede echarse a perder la infancia y juventud, y que de ahí en adelante una vida o que la visión que se tiene de ella cambie por completo.


Esta película nos enseña que no todo es blanco o negro, que hay que saber encontrar el equilibrio entre las fuerzas, que el liderazgo no es bueno si no se sabe trabajar en equipo, que llorar no siempre es malo ya que sirve para encontrarse mejor en momentos en los que crees estallar.  


Hay un momento de la película que me recordó a uno que viví en la vida real con quien hoy es mi mujer. (Sí, lo se, me vuelvo a poner en plan abuelo cebolleta, pero es que creo importante explicarlo). Hace mil años, en la época en la que éramos novios, no recuerdo el por qué pero sí recuerdo que se puso a llorar y yo me limité a abrazarla y decirle llora, y ella lloró. Al acabar me dio las gracias porque nunca antes alguien le había dicho que llorase, siempre la intentaban calmar diciéndole que no llorase, y que yo la abrazase y la dejase llorar y la animase a ello la había calmado mucho.


Así es, solemos reprimir nuestras emociones en público cuando creemos que nos juzgaran por ello, intentamos evitar que la gente se encuentre triste intentando animarla cuando en realidad lo que necesitan es apoyo. Siempre queremos que nuestros hijos sean felices, pero lo cierto es que no siempre lo serán. La vida es dura, te da una de cal y una de arena, y tienen que estar preparados para ella. Lo realmente importante es, repito a riesgo de ser cansino, conseguir unos valores sobre los que nuestros hijos puedan construir su vida. Valores que tristemente hoy en día cada vez escasean más, y así nos va en la sociedad que nos rodea


Encontrar el equilibrio adecuado de nuestros sentimientos, saberlos encauzar, aprender a combinarlos y sacar el provecho de cada uno ya que si los tenemos por algo será. Solo así llegaremos lo más cerca que podamos de ser felices.
El cuerpo humano es una máquina muy compleja pero nada en el es inútil, así que no desechemos ni reprimamos sentimientos por creer que son malos o no sirven de nada. A veces hay que estar tristes, otras veces es importante enfadarse, el miedo nos puede salvar la vida,... y los sentimientos agridulces a veces son los mejores.


Todo este rollo para decir que me ha encantado la película y que creo que transmite algo muy importante y que todos podemos aprender de ella.

Todo ello acompañado de una preciosa BSO a cargo de Michael Giaccino, el cual está empeñado en hacerse un hueco entre los grandes compositores de BSO y últimamente lo está consiguiendo.





Espero no haberos aburrido y si habéis llegado a este párrafo final sin cerrar la pestaña os doy las gracias, pero así somos los blogueros y nuestros blogs, a veces una película solo inspira unas breves líneas y en cambio otras despiertan algo en nuestro interior y nos da por extendernos. Pero creo que sí una película inspira algo así es que vale la pena. Vale, vale, ya paro, se que me he puesto un poco moñas.


Gracias por leerme e intentad ser equilibrados y felices

Gaspar Torrens

"No os diré: No lloréis. Pues no todas las lágrimas son amargas"
Gandalf. El Señor de los Anillos. El Retorno del Rey.








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